La Comisión Europea ha dado a conocer su nueva visión para el sistema agroalimentario europeo de cara a 2040. Este plan, que busca responder a las crecientes protestas del sector agrícola, representa un cambio de rumbo respecto a la ambiciosa política medioambiental que se había impulsado hasta el momento.
La nueva estrategia de la UE se centra en dos pilares fundamentales: la simplificación de la normativa y la recuperación del atractivo de la profesión agrícola. En este sentido, se busca aligerar la carga burocrática que pesa sobre los agricultores y garantizar que la actividad agrícola sea rentable y atractiva para las nuevas generaciones.
Un enfoque renovado: Simplificación y atractivo para la profesión agrícola
Este cambio de enfoque implica un alejamiento de la controvertida estrategia «Del campo a la mesa», que formaba parte del Pacto Verde Europeo. Esta estrategia, aunque ambiciosa en sus objetivos medioambientales, había generado fuertes críticas por parte del sector agrícola, que la consideraba excesivamente exigente y polarizante.
Un equilibrio entre sostenibilidad y viabilidad económica
Si bien la sostenibilidad medioambiental sigue siendo una consideración importante, la nueva estrategia busca un equilibrio entre este objetivo y la viabilidad económica de la agricultura. Se han abandonado algunos de los objetivos más ambiciosos de la estrategia anterior, como la reducción a la mitad del uso de pesticidas para 2030, y se ha dado prioridad a la producción de bienes agrícolas esenciales para reforzar la soberanía alimentaria.
En este sentido, la Comisión Europea ha reconocido que la imposición de objetivos demasiado ambiciosos en materia de reducción de pesticidas y otras prácticas agrícolas puede poner en peligro la producción de alimentos y la rentabilidad de las explotaciones. Por lo tanto, se ha optado por un enfoque más pragmático que permita a los agricultores adaptarse gradualmente a prácticas más sostenibles, sin comprometer su viabilidad económica.
La nueva PAC: ¿Una oportunidad para el cambio?
La nueva política no propone grandes cambios en la Política Agrícola Común (PAC), más allá de reiterar propuestas ya existentes, como la degresividad y la limitación de las ayudas. Sin embargo, se espera que la PAC juegue un papel fundamental en el apoyo a los agricultores que contribuyan activamente a la seguridad alimentaria y en la mejora de la renta de los agricultores, un aspecto clave de la nueva estrategia.
En concreto, se prevé que la nueva PAC incentive a los agricultores a adoptar prácticas agrícolas más sostenibles, como la agricultura de conservación, la rotación de cultivos y el uso de cubiertas vegetales. Asimismo, se buscará promover la innovación y la transferencia de tecnología en el sector agrícola, para que los agricultores puedan acceder a las herramientas y conocimientos necesarios para mejorar su productividad y competitividad.
La visión de los agricultores: ¿Un cambio positivo?
Los agricultores han acogido con cautela este «giro pragmático» de la Comisión Europea. Si bien reconocen la necesidad de un enfoque más realista y adaptado a las necesidades del sector, reclaman un presupuesto más ambicioso para la PAC que permita hacer frente a los retos presentes y futuros.
Organizaciones agrarias como Copa-Cogeca, Cooperativas Agro-alimentarias de España, Asaja, COAG, UPA y la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos han expresado su opinión sobre esta nueva visión. En general, valoran que se haya recogido parte del mensaje que el sector venía trasladando, pero echan en falta medidas concretas en aspectos clave como la PAC, el relevo generacional y la regulación de las importaciones.
En particular, los agricultores reclaman medidas más ambiciosas para garantizar una renta justa y estable, así como para hacer frente a los desafíos del cambio climático y la competencia desleal de terceros países. Asimismo, insisten en la necesidad de un mayor apoyo a los jóvenes agricultores, para asegurar el relevo generacional en el sector.
Un camino hacia un sector agroalimentario más fuerte y sostenible
La nueva visión de la Unión Europea para el sector agroalimentario representa un cambio de rumbo que busca un equilibrio entre la sostenibilidad medioambiental y la viabilidad económica de la agricultura. Si bien aún quedan desafíos por delante, como la necesidad de un presupuesto adecuado para la PAC y la implementación de medidas concretas para apoyar al sector, esta nueva estrategia podría ser un paso importante hacia un sector agroalimentario más fuerte, competitivo y sostenible.
¿Qué opinas sobre este cambio de rumbo en la política agroalimentaria de la UE? ¿Crees que esta nueva estrategia responderá a las necesidades del sector agrícola?
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