El pasado 5 de diciembre se celebró el DÍA MUNDIAL DEL SUELO 2024 bajo el lema «Cuidar de los suelos. Medir, monitorear, gestionar«.
¿Por qué es tan importante la conservación de los suelos?
El suelo es la base de la vida en la Tierra y uno de los recursos naturales más importantes para la supervivencia de nuestra especie. Más del 95% de los alimentos que consumimos y la mayoría de los elementos químicos esenciales para las plantas se encuentran en él. Sin embargo, se enfrenta a graves amenazas debido al cambio climático y a ciertas actividades humanas que fomentan su degradación.
La erosión y la gestión inadecuada del suelo destruyen tanto su estructura como su grado de fertilidad. Además, estas dos variables impactan negativamente en la calidad de los alimentos que producimos y consumimos, en el acceso al agua y en la propia biodiversidad. Este deterioro disminuye el contenido de nutrientes esenciales en los cultivos, afectando a la seguridad alimentaria global.
Nuestros suelos son mucho más que tierra. Son ecosistemas complejos que albergan una gran diversidad de organismos, y cumplen funciones vitales como:
- Producción de alimentos: Sin suelos fértiles, no tendríamos los cultivos que alimentan a la población mundial.
- Purificación del agua: Los suelos actúan como filtros naturales, ayudando a mantener la calidad del agua.
- Almacenamiento de carbono: Los suelos saludables secuestran grandes cantidades de carbono, contribuyendo a mitigar el cambio climático.
- Hábitat para la biodiversidad: Millones de especies dependen de los suelos para sobrevivir. Uno de los principales objetivos de la conservación del suelo es el mantenimiento de la biodiversidad de las ecocomunidades que contribuyen a la fertilidad de diferentes maneras: añaden materia orgánica, descomponen organismos perennes para liberar nutrientes y/o mejoran la infiltración del agua y la aireación. Garantizar unas condiciones adecuadas para los organismos vivos de la tierra es de vital importancia para la vegetación que crece en ella, ya que los microorganismos ajustan la materia orgánica a las necesidades de las plantas.
Técnicas generales para conservar nuestros suelos
El concepto de conservación del suelo hace referencia a un conjunto de técnicas y prácticas agrícolas que evitan la degradación, la erosión y el agotamiento de éste. Las técnicas de conservación del suelo están orientadas a un uso a largo plazo, pensando en el futuro. Tomando medidas adecuadas y oportunas, los agricultores aumentan el rendimiento de sus campos.
Los distintos tipos de métodos de conservación del suelo evitan escorrentías, contaminación y sedimentación en las masas de agua y protección del suelo contra el agrietamiento y la erosión debido al agua, el viento o el calor excesivo.
Las prácticas de conservación del suelo se basan en tres pasos básicos:
- Obtener un conocimiento adecuado del uso de los recursos del suelo.
- Monitorizar los campos y detectar las zonas críticas.
- Controlar y estimar la eficacia de las técnicas de conservación del suelo aplicadas.
Existen numerosas técnicas que podemos aplicar para proteger y mejorar la salud de nuestros suelos. Algunas de las más importantes son:
- Mínimo laboreo: Reducir la frecuencia y profundidad de la labranza ayuda a mantener la estructura del suelo y reduce la erosión. La agricultura de conservación intentar limitar el movimiento masivo de la tierra, al mismo tiempo que aumenta la protección frente a la erosión cubriendo la tierra con vegetación. En el caso de la siembra directa, el laboreo se reduce hasta un punto de actuación mínima, sembrando las semillas entre los residuos de cosechas anteriores. El principal objetivo de la siembra directa, además de intentar eliminar la labranza para no perder el carbono retenido, es el de no dejar el suelo desnudo en ningún momento, de modo que no se vea afectado por el viento y el agua manteniendo su compactación natural.
- Rotación de cultivos: Alternar diferentes cultivos en el mismo terreno ayuda a mejorar la fertilidad del suelo y a controlar plagas y enfermedades. La rotación de cultivos ayuda a mejorar la estructura de la tierra con diversos sistemas radiculares y añadir nitrógeno a la tierra con semillas como las leguminosas, conocidas como plantas fijadoras de nitrógeno.
- Cultivos de cobertura: Sembrar cultivos entre las filas de los cultivos principales ayuda a proteger el suelo de la erosión y a mejorar su estructura.
- Fertilización orgánica: Utilizar abonos orgánicos en lugar de fertilizantes químicos ayuda a mejorar la calidad del suelo a largo plazo.
- Manejo integrado de plagas: Controlar las plagas de forma sostenible, evitando el uso excesivo de pesticidas.
- Agricultura De Contorno: este método de conservación del suelo resulta eficaz en los terrenos en pendiente y promueve la plantación de especies a lo largo del contorno. Las hileras en pendiente provocan erosión debido a las corrientes de agua, mientras que las hileras a lo largo del contorno la frenan. Un impacto de las terrazas de cultivo es similar: también ayuda a conservar el suelo y reducir sus procesos de degradación.
- Cultivo En Franjas: en esta técnica de conservación del suelo, los agricultores combinan cultivos de alto crecimiento con otros de bajo crecimiento en aras de obtener protección contra el viento, como cuando el maíz crece en franjas junto a cultivos forrajeros. La práctica del cultivo en franjas funciona aún mejor cuando los cultivos de alto crecimiento se intensifican en los lados donde los vientos soplan con más frecuencia. Un beneficio adicional es la materia orgánica que sueltan los cultivos bajos.
- Cortavientos: se utiliza para reducir la fuerza del viento y su efecto perturbador sobre el suelo. Se trata de árboles o arbustos plantados en varias filas para proteger los cultivos de la nieve y los vientos. Según el número de hileras, podemos distinguir entre cortavientos (hasta cinco hileras) y cinturones de protección (seis y más). La vegetación de los cortavientos también proporciona un entorno vital para la fauna y la flora y minimiza la abrasión del suelo en los cultivos debido a los fuertes golpes de viento.
Los retos a los que nos enfrentamos
A pesar de la importancia de los suelos, estos se enfrentan a numerosos retos, como la erosión, la salinización, la compactación y la contaminación. Estos problemas son causados por factores como el cambio climático, las prácticas agrícolas intensivas y la urbanización.
La importancia de medir, monitorear y gestionar los suelos.
El lema del Día Mundial del Suelo 2024, «Cuidar los suelos: medir, monitorear y gestionar», resalta la importancia de disponer de datos precisos y actualizados sobre los suelos destinados a usos agrícolas.
Esta información nos permite comprender mejor sus características y tomar decisiones correctas para asegurar un manejo sostenible.
Solo con un compromiso global hacia estas acciones podremos asegurar la disponibilidad de alimentos para las generaciones presentes y futuras, así como proteger un recurso indispensable para la vida en el Planeta.
Este Día Mundial del Suelo vino a recordarnos que el cuidado del suelo no es una tarea exclusiva para los agricultores o los científicos, sino que es un deber de toda la sociedad. Preservar la salud de nuestros suelos es vital para construir un futuro sostenible, donde se produzca el equilibrio entre la naturaleza y nuestras necesidades.
Las posibilidades de la teledetección mediante aparatos y softwares especializados, permiten a los agricultores conocer la situación sobre el terreno y obtener recomendaciones y consejos sobre la conservación del suelo y cómo actuar en consecuencia. Disponiendo de información veraz sobre el estado de sus cultivos, pueden tomar decisiones más rápidamente y sobre todo, fundamentadas.
¿Qué podemos hacer?
Cada uno de nosotros podemos contribuir a la conservación de los suelos. Los agricultores adoptando prácticas agrícolas sostenibles. Como consumidores, eligiendo alimentos producidos de forma responsable y reduciendo el desperdicio alimentario. Y como ciudadanos, apoyando las políticas que promuevan la agricultura sostenible y la protección del medio ambiente.