Entre los dispositivos tecnológicos que han crecido de manera exponencial en los últimos años están los drones. Comerciales o para uso recreativo, estos aparatos también han abierto nuevas posibilidades en sectores como el cine, el control de la seguridad de vehículos terrestres y por supuesto en la agricultura. Además de servir en las labores de aplicación de productos fitosanitarios (herbicidas, plaguicidas…) y otros usos enmarcados dentro de la cada vez más practicada agricultura de precisión, de un tiempo a esta parte se están utilizando para combatir la deforestación.
Ya hay empresas especializadas en el manejo de ciertos drones diseñados específicamente para plantar semillas de árboles.
Año tras año se talan, desaparecen pasto de las llamas o las sequías millones de árboles alrededor de todo el planeta, según diversos estudios de la prestigiosa revista Nature. Pero después de esto: ¡cuántos se siembran de nuevo? Todos los datos apuntan a que no superan el millón.
Todos sabemos lo importante que son los árboles para nuestra vida y para la vida de las miles de especies animales que habitan la Tierra. La desaparición de grandes superficies de masa forestal es uno de los grandes problemas medioambientales que amenaza al mundo animal, a su hábitat y al futuro de nuestro mundo.
Ahora, estas empresas han iniciado distintos proyectos e iniciativas para acelerar esta siembra utilizando sus drones capaces de llevar cientos de miles de semillas a lugares remotos, facilitando así el proceso de reforestación.
Drones que plantan árboles, muchos árboles.
Una de las empresas británicas pioneras en este tipo de trabajos ha creado un sistema de drones capaces de plantar más de 100.000 árboles por hora.
Al igual que el uso en campos de cultivo se ha calificado como procesos de agricultura de precisión, cuando hablamos de bosques, nos referimos a una «silvicultura de precisión» que aprovechan las posibilidades de estos dispositivos voladores controlados de modo remoto para plantar árboles en grandes e innacesibles áreas sin tener así que desplazar equipos humanos hasta esas zonas.
Estos drones se dividen en dos grandes grupos:
- Los que están equipados con cámaras que mapean el terreno y elaboran un plano en 3D, siendo de este modo capaces de calcular la cantidad de árboles óptima de siembra para ese lugar.
- En un segundo grupo están los drones previamente programados y calibrados cargados con miles de semillas germinadas, para posteriormente dispersarlas por el lugar. Sí, y la siembra se realiza como quizá estás pensando o imaginando, literalmente al vuelo e incluso combinando distintas variedades de semillas en zonas en las que de cualquier otro modo el acceso sería muy difícil o directamente imposible por las características del terreno.
Eso sí: independientemente de mezcla de semillas que porte el dron, son siempre vegetación autóctona para no provocar una proliferación de especies invasoras.
¿Sabías de esta aplicación de los drones? ¿Utilizas el dron en tu explotación agraria?