La aplicación de las nuevas tecnologías en el campo ha supuesto un salto cualitativo y un paso más hacia la sostenibilidad y una eficiencia mayor de los cultivos. Es precisamente en este proceso de transformación donde el sistema de riego juega uno de los papeles principales.
En este contexto de cambio climático que vivimos a nivel mundial en el que los episodios atmosféricos son extremos (pertinaces sequías se alternan con episodios de lluvias torrenciales localizadas, grandes nevadas o violentas granizadas) es más necesario que nunca realizar una gestión inteligente del agua disponible ya que este recurso resulta fundamental para la propia supervivencia de la actividad.
La labor agraria no cesa, la investigación hace lo propio.
Gracias a ello, hoy en día los agricultores ya disponen de modernos dispositivos y revolucionarias aplicaciones que permiten desde sus teléfonos inteligentes entre otras, la automatización del riego agrícola basándose en datos recogidos desde las propias explotaciones por sensores de diversa índole.
UN DESAFÍO A NIVEL NACIONAL Y COMUNITARIO
Esta transformación digital del sistema de riego agrícola, cuenta con acciones específicas de desarrollo. Están recogidos en el II Plan de Acción 2021-2023 de Estrategia de Digitalización del Sector Agroalimentario y del Medio Rural enmarcado dentro del Mecanismo Europeo de Recuperación y Resiliencia.
En ese contexto, los distintos países ya trabajan en el desarrollo del llamado Sistema de Información Agroclimática para el Regadío (SIAR), una herramienta empleada para recoger, registrar y distribuir datos agroclimáticos que ayuden a calcular la demanda hídrica de la superficie de suelo dedicada a cultivos de regadío.
La digitalización del campo supone un enorme reto que implica a todos los protagonistas. Rebajar los costes de producción también pasa por gestionar un bien cada vez más escaso como el agua, modernizando todo el sistema de riego agrícola.
¿CÓMO FUNCIONA LA TECNOLOGÍA EN LOS SISTEMAS DE RIEGO AGRÍCOLA?
El primer principio para la automatización de cualquier sistema de riego agrícola es la combinación de los sensores que miden la temperatura o la humedad del suelo a pie de campo con las estaciones meteorológicas.
Ya con el desarrollo de las nuevas tecnologías, de la “nube” (cloud computing) y del Big Data es posible recoger e interpretar mucho mejor los datos que permiten tomar decisiones estratégicas.
Es esa inteligencia artificial la que permite ajustar con extraordinaria precisión el sistema de riego agrícola a las necesidades del cultivo en cada momento de sus fases de crecimiento y desarrollo ya que realiza cálculos con datos actuales y pasados además de aplicar sistemas predictivos.
De este modo tenemos ya un riego que podemos llamar inteligente.
Esta digitalización del riego permite que el control se pueda realizar mediante nuestro ordenador, una tablet o el móvil, de forma sencilla, inmediata y sin necesidad de desplazarse a los cultivos. Ahorro de tiempo y recursos en definitiva.
AGUA Y FERTILIZANTES: UNA RELACIÓN QUE MERECE LA PENA CUIDAR Y POTENCIAR
La gestión eficiente del riego y la aplicación de fertilizantes mejoran considerablemente su eficiencia si basan sus procesos en la digitalización y la automatización, optimizando el uso de recursos hídricos y permitiendo simultanear el riego y la fertilización, lo que se traduce en un conjunto de ventajas para los cultivos: el fertirriego es el método más racional para aplicar los fertilizantes de forma optimizada, permite un ahorro considerable de agua, nutrir el cultivo de forma eficiente, aumentando los rendimientos y la calidad de los frutos, controlar la contaminación, una mayor eficacia y rentabilidad de los fertilizantes, además de adaptarlos a cada cultivo, sustrato, agua de riego y condiciones climáticas determinadas, durante cada uno de los días del ciclo del cultivo, otorgando un equilibrio permanente a cada periodo vegetativo que experimenta la explotación.
BENEFICIOS DE LA DIGITALIZACIÓN DEL RIEGO EN AGRICULTURA
No debemos olvidar que el sector agro es el mayor consumidor de agua dulce del planeta por lo que resulta imprescindible trabajar por la mejora del sistema de riego logrando una reducción considerable en el consumo de agua y también de energía.
Este ahorro, para el productor supone beneficios medioambientales y una disminución en los costes de producción y nos ofrece otra ventaja fundamental: la mejora de los cultivos.
El análisis de datos sumado a la automatización permiten un aporte hídrico idóneo en las distintas áreas dentro de una misma parcela tanto en grandes explotaciones como en otras de tamaño moderado.
Son numerosas las empresas que ya ayudan al profesional del campo en ese camino hacia la eficiencia con tecnología avanzada comercializando entre otras soluciones, sensores de suelo y clima así como equipos para el control del agua o transmisores de corto, medio y gran alcance.
EL APOYO PÚBLICO, CLAVE.
Desde hace unos años, el sector agrario está dando pasos en la digitalización y automatización de sus mecanismos de riego para ser más sostenibles, eficientes y competitivos.
Para lograr que el proceso continúe se vuelve necesario en primer lugar la implicación de las distintas administraciones públicas a través de ayudas directas a las personas dedicadas a la agricultura que puedan compensar los precios a la baja de sus productos y el encarecimiento de los insumos.