UNA MIRADA A LA AGRICULTURA ECOLÓGICA: TIPOS Y PRÁCTICAS SOSTENIBLES

En la sociedad actual, la conciencia sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y preservar los recursos naturales ha aumentado significativamente.
Dentro del ámbito agrario, esta tendencia ha llevado al auge de la agricultura ecológica, un enfoque que promueve la producción de alimentos de manera sostenible y respetuosa con el entorno.
La agricultura ecológica, se ha convertido en una alternativa valiosa para productores y consumidores preocupados por la salud del planeta y la calidad de los alimentos que llegan a nuestras mesas.
En este artículo, exploraremos los distintos tipos y prácticas sostenibles que engloba la agricultura ecológica, así como sus beneficios y el panorama de este método en España.

La producción ecológica, también llamada biológica u orgánica, es un sistema de gestión y producción agroalimentaria que combina las mejores prácticas ambientales junto con un elevado nivel de biodiversidad y de preservación de los recursos naturales, así como la aplicación de normas exigentes sobre bienestar animal, con la finalidad de obtener una producción conforme a las preferencias de determinados consumidores por los productos obtenidos a partir de sustancias y procesos naturales.

Este tipo de producción sostenible se encuentra regulada en España desde finales de los años 80. En 1993 entró en aplicación el primer Reglamento comunitario, fue sustituido en 2007 por el Reglamento 834/2007 del Consejo sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos, y desde el 1 de enero de 2022 se encuentra regulada por el Reglamento (UE) 2018/848, del Parlamento Europeo y del Consejo, sobre producción ecológica y etiquetado de los productos ecológicos y por el que se deroga el Reglamento (CE) 834/2007 del Consejo.

Pero dentro de la agricultura ecológica existen diferentes tipos de gestión, que más bien se diferencian por la filosofía que implica que cada uno que por las prácticas empleadas en su desarrollo. Estas son:

TIPOS DE AGRICULTURA ECOLÓGICA

La agricultura ecológica abarca diversas corrientes y enfoques que comparten el objetivo de producir alimentos de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Destacamos cuatro tipos principales de agricultura ecológica:

  1. AGRICULTURA BIODINÁMICA: La agricultura biodinámica es una corriente que va más allá de los principios básicos de la agricultura ecológica. Su fundamento radica en la creencia de que el Cosmos influye en los seres vivos y en las plantas, en particular. Se basa en las ideas desarrolladas por Rudolf Steiner en la década de 1920. Un elemento fundamental de la agricultura biodinámica es el uso de preparados especiales, como compost de valeriana y sílice triturada, que se aplican al suelo y a las plantas en momentos específicos del año según el calendario lunar y planetario.

En esta corriente, se busca armonizar las energías cósmicas con las del ser humano y su interacción con las plantas. Se concibe la finca como un todo integrado en el cosmos, donde las energías naturales y la interacción con los elementos juegan un papel primordial. La agricultura biodinámica promueve el uso de métodos sostenibles y respetuosos con el entorno, buscando la vitalidad del suelo y la salud de las plantas.

  1. PERMACULTURA: Una apuesta por el reutilizado completo y el aprovechamiento total. La permacultura es una corriente que se basa en la observación y alineación con la naturaleza para diseñar sistemas agrícolas sostenibles y autosuficientes. Surgió en Australia en los años 70 y busca reducir el trabajo y la energía necesaria para el cultivo, promoviendo la integración del terreno en el entorno y el clima. En la permacultura, se busca imitar los patrones y ciclos naturales para crear ecosistemas productivos y resilientes.

Este enfoque implica diseñar la finca de manera estratégica, utilizando técnicas como la asociación de cultivos, la creación de microclimas y la conservación del agua. La permacultura también enfatiza la reutilización y el reciclaje, utilizando materiales y recursos disponibles en el entorno para minimizar el impacto ambiental.

  1. AGROECOLOGÍA: la agroecología es más que un método de cultivo, es una filosofía de vida que integra la agricultura ecológica con el mercado económico y el consumo responsable. Se enfoca en la interacción entre los sistemas agrícolas y el entorno, promoviendo prácticas sostenibles que preserven la biodiversidad y los recursos naturales.

Uno de los principios clave de la agroecología es favorecer la venta directa entre el productor y el consumidor, eliminando intermediarios y promoviendo un comercio local y justo. Se busca establecer una relación más cercana entre quienes producen los alimentos y quienes los consumen, fomentando así la transparencia y la confianza en el proceso de producción.

  1. AGRICULTURA NATURAL: también conocida como el método Fukuoka, la agricultura natural es una corriente que busca reproducir las condiciones naturales lo más fielmente posible. Fue desarrollada por Masanobu Fukuoka, un agricultor japonés, quien propugnó un enfoque sencillo y minimalista para cultivar alimentos.

Los principios de la agricultura natural incluyen no labrar el suelo, evitar el uso de abonos y fertilizantes, no eliminar las malas hierbas ni utilizar pesticidas y no podar las plantas. Se promueve la biodiversidad y la conservación del suelo como elementos esenciales para lograr una producción agrícola saludable y sostenible. Además, se utilizan las «Nendo Dango», bolas de arcilla con semillas, para sembrar de forma natural y favorecer la germinación.

SITUACIÓN EN ESPAÑA DE LA AGRICULTURA ECOLÓGICA

La agricultura ecológica ha vivido un gran progreso en España durante las últimas tres décadas: según los datos más recientes, nuestro país se sitúa a la cabeza europea con más de 2,6 millones de hectáreas de la superficie agrícola útil destinadas a cultivos más respetuosos con el medio ambiente.

Tal y como sostienen los datos más recientes publicados por e Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, nuestro país se sitúa a la cabeza a nivel europeo en superficie y producción ecológica y es la tercera potencia a nivel mundial, solo por detrás de Australia y Argentina. Un hecho que la encamina a cumplir con lo fijado en el Pacto Verde europeo, que marca que los países del continente se comprometen a dedicar un 25% de sus tierras agrícolas a alimentos bio.

Esto equivale, en la actualidad, a un 10% del total de la superficie agraria útil (SAU). Además, se trata de unas cifras que consolidan el crecimiento de la producción ecológica en nuestro país y fijan el desarrollo anual medio del terreno ecológico en un 4,8% respecto al último lustro.

Entre las comunidades autónomas que más terreno dedican a la agricultura ecológica, Andalucía ocupa el primer lugar con un 45% y más de un millón de hectáreas; le sigue Castilla-La Mancha, con más del 17% y unas 422.000 hectáreas; y Cataluña, con el 10,5% y 257.000 hectáreas. Tres comunidades que, únicamente entre ellas, concentran tres cuartas partes del total.

El Pacto Verde europeo marca un 25% de las tierras agrícolas destinadas a productos ecológicos antes de 2030

El análisis también indica a qué se destinan los terrenos ecológicos de nuestro país, y refleja que un total de 1,27 millones de hectáreas se dedicaron a pastos permanentes, 662.000 a cultivos permanentes y 502.000 a arables.

CONTEXTO HISTÓRICO Y ORÍGENES DE LA AGRICULTURA ECOLÓGICA EN EL MUNDO Y EN ESPAÑA

Pero ¿cuándo comenzó realmente este tipo de agricultura más respetuosa con el medio?

Origen de la agricultura ecológica

Tras la Primera y la Segunda Guerra Mundial, la industria química de guerra encontró en la agricultura una forma de aplicación del excedente de productos y subproductos químicos derivados de la fabricación de explosivos y otros materiales bélicos, en forma de fertilizantes, herbicidas y plaguicidas. Esto mejoró la productividad de la agricultura y facilitó la recuperación económica y social en la posguerra. En el contexto de esta revolución, llamada Revolución Verde, también se impulsaron nuevas tecnologías que permitieron mecanizar muchas de las actividades agrícolas y reducir la necesidad de mano de obra.

Estos cambios en la agricultura favorecieron el abastecimiento de la población del primer mundo, acabando con las hambrunas y generando excedente para exportación, pero a la vez supusieron modificaciones drásticas del paisaje, falta de bienestar animal, incidencia en la biodiversidad, cambios en socioeconómicos muy rápidos, etc…

De ahí surge la voluntad de volver a las raíces de la agricultura tradicional, aplicando conocimientos de I+D adquiridos desde hace años atrás.

No fue hasta los años 60 que se empezó a desarrollar este tipo de cultivos en España. Sin embargo, la gran revolución llegó en la década de los 80, momento en el que se regula legalmente.

Más concretamente, fue en el año 1989, cuando se aprobaron el Reglamento de la Denominación Genérica ‘Agricultura Ecológica’ y su Consejo Regulador, estableciéndose con ellos las bases de la agricultura eco, es decir, aquella que no ha usado ningún tipo de producto químico con el fin de mantener a los alimentos con todas sus propiedades naturales, respetando el medio ambiente y conservando la fertilidad de la tierra.

INSUMOS APTOS PARA LA PRODUCCIÓN ECOLÓGICA

Sobre los insumos utilizables en la producción agrícola ecológica, quedan recogidos en dos normas UNE cuyo objetivo es clarificar y ordenar el mercado de estos insumos y ofrecer garantías a los agricultores usuarios de los mismos, así como que se constituyan en una referencia para agricultores, fabricantes de insumos y entidades de certificación.

Las Normas UNE 142500 y UNE 315500 constituyen normas de producto, que establecen los requisitos de producción, envasado, etiquetado y comercialización de los productos fertilizantes y productos fitosanitarios de uso en la producción ecológica y van dirigidas a los fabricantes de estos insumos.

REQUISITOS DE LA AGRICULRURA ECOLÓGICA DENTRO DE LA UE

El reglamento (CE) No. 834/2007 del Consejo de 28 de junio de 2007 establece una serie de normas para que se considere que un alimento reúne los requisitos de la agricultura ecológica. Algunas de ellas son:

  •  Prohibición de utilizar organismos modificados genéticamente
  •  Prohibición de utilizar radiaciones ionizantes
  •  Uso de prácticas de labranza y cultivo respetuosas con el suelo
  •  Uso de la rotación de cultivos para que los recursos en el sitio se utilicen de manera eficiente
  •  Restricción severa de los pesticidas químicos, los fertilizantes sintéticos, los antibióticos y otras sustancias
  •  Priorización de los recursos producidos en el sitio, como el abono de la propia granja para fertilizantes o piensos producidos en la misma explotación agraria
  •  Elección de especies y variedades apropiadas que se adapten a las condiciones locales y resistan a los parásitos y a las enfermedades

En el caso de la ganadería existen más requisitos relacionados con la alimentación, la crianza y la reproducción.

Además, cada eslabón de la cadena de suministro (procesamiento de alimentos, la distribución y la venta al por menor) debe tener como objetivo ofrecer los beneficios de la producción de alimentos ecológicos. Los procesadores orgánicos y, por extensión, los comercializadores y distribuidores de alimentos, tendrán los mismos objetivos que los agricultores orgánicos, a saber, la provisión de alimentos procesados ​​frescos y auténticos diseñados para respetar la naturaleza y sus sistemas.

¿CÓMO SE CONVIERTE UN AGRICULTOR EN PRODUCTOR ECOLÓGICO?

Para empezar a producir alimentos ecológicos, lo primero es adherirse a los principios de la agricultura ecológica, establecidos en el reglamento de la Comisión Europea.

El punto de partida es adquirir o alquilar una parcela agrícola, ya que los requisitos de la agricultura ecológica están centrados en el suelo agrícola. Es necesario contar con formación y/o experiencia en agricultura, ya que esta actividad requiere compromiso y conocimientos. 

Los agricultores ecológicos son controlados una vez al año para asegurarse de que cumplen los requisitos de la agricultura ecológica y, si es así, los productos pueden llevar el logotipo orgánico de la Unión Europea.

Son necesarios cursos de formación (un curso de conversión a la producción ecológica para trabajadores del sector dura unas 40 horas) e incluso estadías en prácticas en granjas ecológicas certificadas.

Hay que ser consciente de que se requiere un periodo de transición de dos años antes de que un producto se pueda comercializar como ecológico, ya que se requiere que los cultivos se hagan en terrenos que no hayan sido tratados con productos restringidos durante un periodo de tiempo determinado. Por eso, si ya se dispone del terreno para llevar a cabo la actividad, es importante investigar la historia de esa tierra, para conocer las sustancias utilizadas para tratar el suelo y las plantas en los últimos años. Si o se dispone de esa información, será necesario pedirla a los que han hecho uso de ese terreno anteriormente.

En el ámbito de la ganadería, hay que hacer una progresión a la alimentación 100% ecológica, sin suplementos y sin medicamentos, etc…

CONCLUSIÓN

Como vemos, la agricultura ecológica presentan diferentes enfoques y prácticas, pero comparten el objetivo común de producir alimentos de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Cada tipo ofrece herramientas y estrategias únicas para alcanzar la armonía entre la actividad agrícola y el entorno natural, promoviendo así la preservación de los recursos naturales y el bienestar de las generaciones presentes y futuras.

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