A estas alturas ya es innegable que la digitalización juega un papel clave en la economía y la sociedad. La digitalización es sinónimo de futuro, pero también de igualdad también en el sector primario y más concretamente en la agricultura.
La incorporación de las nuevas generaciones al campo, es un terreno que poco a poco va allanándose desde las distintas administraciones y que encuentra respuesta muchas veces en la trasformación digital que está viviendo el propio sector agro. Si acercamos más la lupa sobre estas nuevas generaciones, pronto descubrimos que ésta sigue liderada por hombres, aunque gracias a esta revolución tecnológica esta tendencia está cambiando a favor de las mujeres que están viendo en la digitalización una aliada perfecta para su ingreso profesional en el trabajo de la tierra.
Entender lo que implican las largas y duras jornadas en el campo y la pasión y el orgullo que agricultoras y agricultores sienten, es el primer paso para comprobar que estos profesionales son amigos de los retos continuos pero también de las oportunidades.
LA MUJER, EL CAMPO Y LA DIGITALIZACIÓN: SEMBRANDO FUTURO ENTRE SURCOS Y PANTALLAS
En palabras de Alicia García, responsable de Desarrollo de Concesionarios de John Deere Ibérica: “Año a año se están incorporando más mujeres al sector y conforme avance la digitalización va a ser mucho mayor”, asegura, aunque advierte que queda mucho por hacer “erradicando desigualdades salariales, pero sobre todo facilitando políticas de conciliación y flexibilidad”.
Según los datos proporcionados por el Ministerio de Agricultura, el 20,7 % de las mujeres en el medio rural cuenta con estudios universitarios, frente al 10,7% de los hombres que actualmente comienza a tener reflejo en el campo.
El papel de las mujeres en los entornos rurales es clave para mantener la población en estos núcleos y lograr el necesario rejuvenecimiento del entorno rural.
Las mujeres junto a los jóvenes rurales constituyen desde hace años uno de los tres ejes prioritarios de acción de las administraciones central y autonómicas en materia de desarrollo rural junto con el apoyo a la innovación, la digitalización y la conectividad en estos entornos.
Muchas de estas mujeres interesadas en el sector emigran a zonas urbanas con mayor progresión profesional y donde encuentran empleos más cualificados, mejores condiciones salariales y medidas de conciliación familiar. La digitalización también podría poner freno a este éxodo pues facilita y mucho las labores agrícolas a la par que la conciliación gracias a este ahorro de tiempo.
La tecnología ha supuesto un salto cualitativo y cuantitativo dentro del sector agropecuario y la aparición de profesionales de alta cualificación entre los que cada vez más se ve la presencia femenina.
Sin duda, los Fondos Europeos contribuyen a acelerar digitalización del sector agro que junto a las políticas de Igualdad están contribuyendo a esta nueva realidad social de incorporación al campo de la mujer.
Es muy posible que la presencia y participación de mujeres en el medio rural tenga un impulso definitivo con las medidas que conformen la nueva PAC 23-27 donde se incluyan programas de refuerzo a la formación y el asesoramiento, innovación y digitalización del sector agrario para mujeres y también para los jóvenes.
La digitalización va a ser un factor clave para lograr una incorporación e integración reales de la mujer en el campo. Mujer y digitalización forman el mejor equipo agrícola. La segunda ayuda y guía a la primera. Talento femenino y tecnología que se retroalimentan en una sociedad cambiante que siembra igualdad de oportunidades de la que nos beneficiamos todos a golpe de click.